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Con más de 200 años de existencia hasta el día de hoy muchos hombres y mujeres alrededor del mundo usan un conjunto que ha mostrado evolución y adaptación con el pasar del tiempo. Estamos hablando del TERNO. 
Este traje formal nace en la Francia de Luis XIV como reunión indeliberada de un sistema indumentario que constaba de camisa blanca, corbata, chaqueta, chaleco y pantalón. Incialmente como un traje enfocado en los hombres con el objetivo de eludir las diferencias socieconómicas, ha sido también útil para uniformar los colegios, a los soldados y hombres de negocios. 
El uniforme nace a finales del siglo XVII, se extiende a lo largo del siglo XVIII por el mundo gracias al comercio internacional, pero fue en el siglo XX, con la emancipación femenina, que este traje pasa a ser utilizado por un público femenino.

Si hablamos de historia en la moda no podemos dejar de mencionar a  Sayuri Loza, historiadora de profesión y diseñadora de moda. Junto a ella deseamos celebrar el Bicentenario boliviano describiendo la prenda que todos hemos usado algún momento en nuestras vidas: el terno.
B. Querida Sayuri te agradecemos tu tiempo para poder ilustrarnos sobre nuestro articulo en la revista. Hablando de moda queremos saber socialmente, ¿Cuál fue su valor en el estatus de las personas?
S.L. ​En este escenario aparece un personaje que es muy famoso, que es George Brummell. Este George fue un inglés que va a darle la vuelta a la forma de vestirse de la gente en Europa. A diferencia del pasado, él va a empezar a utilizar trajes extremadamente sobrios, monocromáticos, ya no los bordados, ya no los rosados, los celestes, los lilas que usaban los varones, sino trajes en colores más clásicos, más neutros y empieza a presentarse de esa manera en los salones de diferentes grupos aristocráticos y empieza a pegar mucho. Este es el origen del terno que por supuesto se va a replicar rápidamente en Latinoamérica, porque además este terno representa la independencia. Los independentistas ya no se visten como las cortes españolas o francesas. Es una forma de rebelarse contra el rey, la corte, contra ese pasado.
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B. - ¿Qué tipo de personas actualmente lo usan?
S.L.  ​​En el siglo XX en Bolivia tenemos un cambio económico muy interesante. Empieza el surgimiento de las primeras industrias nacionales que ni más ni menos se dedican a producir textiles. Se van a empezar a producir muchos casimires, telas de casimir que eran importadas y de alguna manera se van a masificar. Esto sumado a la migración de los aymaras y quechuas a las ciudades que están buscando integrarse al sistema, integrarse a esta nueva sociedad, va a ser muy fuerte y ya no se va a tratar el terno, ya no va a ser un traje de las élites, sino que también los campesinos migrantes lo van a empezar a usar masivamente. Por ejemplo se ven presente el traje para el moreno, para las prácticas de la morenada, para los ensayos, para las fiestas y para las recepciones sociales, especialmente en las burguesías aymaras que veneran el terno como símbolo del estatus y el símbolo de lo mucho que ellos han acumulado.  Es un traje masculino que representa el advenimiento de la mayoría de edad, el festejo del haber migrado, de haber ascendido socialmente, si se quiere.
En el oriente, tanto los "logieros", los carnavaleros, los empresarios y la gente de clase media y baja se casa se con terno.
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B. - ¿Qué modificaciones de diseño, color o texturas ha “sufrido” a lo largo del tiempo?
​S.L. A lo largo de todo el siglo XIX este traje se mantuvo con evoluciones cada cierto tiempo, a veces en el color, a veces en el largo del saco, en ocasiones se utilizaba el paletón, en otras se usaba el frac, los pantalones fueron cambiando, poniendo los botones a los costados, luego se hizo la bragueta, la revolución nos permitió el acceso a los cierres de metal y por supuesto el chaleco, que es un elemento que se puso muy de moda a lo largo del siglo XIX para mostrar el traje de tres piezas.  
​Por ejemplo, en el oriente las telas ligeras y claras están más de moda. Y han ido también avanzando, porque, por ejemplo, en los 90s los ternos eran anchos, con hombreras bastante vistosas y los pantalones muy parecidos a los baggy pants que estaban tan de moda. Ya para los años 2000 aparece el pantalón chupín, el saco, el paleto AP pegado al cuerpo y con una silueta mucho más juvenil.
​Sin embargo, si queremos hablar de sobrevivencia, de tradición, de algo que no ha cambiado, que se ha resistido a cambiar y que por el contrario se ha democratizado regionalmente en cuestiones de clase, en términos de indígenas, comunidades afro, pueblos de tierras bajas. Siempre el terno es el traje que además te pone en común con los demás, ¿No? Cuando tú vas una fiesta, por ejemplo, a las mujeres nos gusta vestirnos diferente, con diferentes colores de vestidos, telas, modelos, pero los varones no están con el terno. Y también es bueno, es positivo apreciar eso porque te permite encajar, te permite poder mirar al otro como a un igual. Y creo que esa democratización en la moda se suele olvidar, porque claro, la moda siempre es la diferencia, pero creo que el traje eterno rompe eso y sobrevive y también se ve magnífico en las pasarelas.
Colección 2025 de la marca RUDIS en la Pasarela BO HO
Hoy en día todos y todas poseemos por lo menos un blazer en nuestro armario, indiscutiblemente el terno continuará siendo parte de la elegancia masculina y en el caso de las mujeres se lo podrá usar con variaciones de colores vibrantes. ​
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Concebir la moda es encontrarse con un sinfín de posibilidades para ver, admirar, criticar e inspirarse. Pero, ¿cómo se crean las tendencias? ¿Quién las idea? ¿Cómo se propagan? De la misma forma, concebir el lujo en la moda incita a la curiosidad y a la crítica. Pero, ¿desde cuándo las personas se interesan por el lujo? ¿Y por qué? ¿Para qué? De hecho, ¿qué es?, ¿cómo se lo define?  El vocablo “lujo” nace de la voz latina luxus que en un pantallazo ilumina el “exceso”.
​Si bien el antiguo Egipto y sus faraones son muestras del lujo, hablaremos de Francia por su reputación de moda y lujo que aún mantienen. La realeza, la nobleza y más tarde la burguesía han buscado diferenciarse para mostrar su estatus. En el siglo XVII, después de una serie de guerras, Francia necesitaba impulsar su economía. Por ello, Luis XIV junto a su Ministro de Finanzas, Jean-Baptiste Colbert, pensaron en restablecer la manufactura de alta gama que fue una de sus estrategias. Su balanza comercial era deficitaria. Las importaciones duplicaban a las exportaciones. Francia no contaba con el saber hacer secreto de la fabricación de telas, encajes, espejos, vidrio y porcelana de Holanda, España, Italia y China. Por las buenas, pero sobre todo por las malas, por el espionaje, Francia logró su objetivo.
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Francia se perfeccionó concentrándose en la calidad. En 1669, por medio de una ordenanza, los fabricantes locales debían regirse a las normas de calidad en todo el reino. De esa forma, se homogeneizaba, de forma constante, el número de hilos para el hilado, la calidad, el espesor, el teñido, las dimensiones para las telas. Los comisarios controlaban en mercados y manufacturas la calidad de la producción, cosiendo un contraste en cada ítem que certificaba la calidad e indicaba la procedencia. Así, Luis XIV iba logrando su objetivo, destacándose en toda Europa con su Versalles como insignia y siendo él mismo el prescriptor de las tendencias promoviendo sus nuevos textiles franceses. De hecho, la empresa manufacturera Prelle, desde 1752, constituye la embajadora del lujo y del refinamiento francés y conserva en sus archivos muestras de textiles excepcionales para la reina Maria Antonieta. Se dice que lo que importaba al vestir era saber, quién era uno y en qué lugar estaba. Por ejemplo, solo el rey y la reina podían llevar más telas que los demás nobles. Luis XIV, al fallecer, en 1715, dejó una industria de lujo naciente con el triunfo de la industria, la técnica y el arte.
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Su sucesor, Luis XV, al ser amante de las ciencias, añadió la innovación a la calidad. Actualmente, algunos enmarcan el lujo dentro de esas dos variables entre otras. El lujo siempre despertó intriga y reflexión. Ya con Luis XIV, las aventuras de Telemaco incitaban a reflexionar sobre el lujo y lo que provocaba. Aunque ese libro fue retirado, con Luis XV reapareció. Las ideas de Voltaire y Rousseau, uno por y el otro contra, volvieron a confrontarse sobre el polémico tema del lujo.  
Pero, es en la temporada de Luis XVI y de la reina María Antonieta que la cultura de la apariencia se extendió. Marie-Jeanne Bertin, conocida también como Rose Bertin, antigua hilandera, fue la modista favorita de la reina, nombrada Ministra de las modas por ella. Fue pionera en lanzar la moda y madre de la alta costura. Así como, muchos años más tarde, Coco Chanel se preocupó por la comodidad de la mujer, Rose Bertin hizo lo propio retirando el armazón interior voluminoso de los vestidos que impedía a la reina y a las nobles pasar fácilmente por las puertas con semejantes vestidos. Fue así que Rose Bertin presentó propuestas suscitando el deseo.
Con los años y con Luis XVI, la reglamentación de la calidad quedó en las gavetas dando lugar a la libertad en la calidad. El gusto por la renovación de los modelos pesó más que la calidad. Se dijo que se necesitaba lo bueno y lo mediocre porque existía el rico y el pobre. Lo que importaba era vender. Sin embargo, era necesario distinguir las cosas, por ello había que conservar para un circuito las reglas de la calidad y la confianza y para otro, la frivolidad, la variedad y el gusto cambiante. El desafío de Luis XIV y Colbert de ver a Francia convertida en el número uno de la manufactura del lujo prevaleció en el tiempo. Entre esos tres últimos reinados, el comercio exterior habría crecido un 400 % y la reputación francesa en la moda ha quedado inalterable. Hoy por hoy, la exportación de la moda de lujo ocupa un lugar privilegiado por delante de la industria aeronáutica. El lujo sigue intrigando aunque llegue a ser subjetivo, el lujo para unos puede implicar disponer de tiempo para uno mismo, así como Karl Lagerfeld indicó en una entrevista. 
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Diamante
Azul
Energía interior a través de la ropa.
​Por Micaela Montaño

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​Mirarse al espejo puede tornarse cómodo para unos, pero incómodo para otros. En ese reflejo, nuestro cerebro procesa una señal en la que influyen varios elementos como el maquillaje, el peinado, los colores, las texturas, las formas y nuestro estado de ánimo en ese preciso instante. Las partes de ese todo van a proyectar una imagen, a veces una especie de máscara o filtro protector, que va a enviar un mensaje al exterior. Es de este tema que va a hablarnos en esta entrevista Mariel Quiroga, Coach en Imagen Personal y Profesional con Enfoque Holístico, certificada en París en 2016.
Para la asesora en Imagen Holística, Mariel Quiroga, paceña de nacimiento y residente en Francia, es fundamental el equilibrio entre la ropa, la silueta, la identidad, la personalidad y la energía. Nos explica que su trabajo va más allá de aconsejar un nuevo look. Si bien el relooking o cambio de imagen toma en cuenta la colorimetría, la morfología, el tono de piel, la forma del rostro, el cabello y el estilo propio, su método de trabajo considera otros valiosos elementos más, ya que es holístico.
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​Nos explica que el arte de vestirse conscientemente, lejos de ser superficial, toma en cuenta los cuatro elementos de la naturaleza: el agua, el aire, la tierra y el fuego que van a crear un perfil o estilo energético en la persona. Lo que sucede es que cada uno de nosotros está relacionado a diferentes energías e incluso se puede tener las cuatro energias reflejadas en cada vestuario, por supuesto,  en función de cada personalidad.
Su método se fue desarrollando a través de un largo proceso de trabajo interior personal de armonía entre lo que sentía, lo que era y lo que necesitaba proyectar. Durante años rescató y analizó la información de la psicología de la imagen y de otros métodos. Recapituló su experiencia como fundadora de su escuela en Bolivia "École Française de Mode et de Relooking, EFMR."  Recurrió también a herramientas legendarias orientales, de meditación, reflexión, puntos energéticos, yin y yang,  etc. que otorgan al ser paz y espiritualidad. De esa forma logró su método llamado “Diamante Azul” cuyo objetivo es descubrir la energía interior a través de la ropa. Es un proceso de deconstrucción de la imagen para reconstruir una mejor visión de sí mismo, expresado por un estilo auténtico que refleja una identidad personal.
El año pasado, fue invitada al programa del canal France 5 de France Télévisions: “Aidants, il est temps de les aider”, lo que sería: “Cuidadores, es tiempo de cuidarles.” La emisión está dirigida por Théo Curin, ganador de la medalla de plata de natación en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro de 2016. El programa busca sacar a la luz los desafíos cotidianos a los que se enfrentan mujeres y hombres que cuidan con total entrega a sus seres queridos que tienen una discapacidad. Mariel Quiroga en esa ocasión conversó con la madre de un joven con discapacidad motora. Le preguntó sobre lo que su entorno le decía y esa madre no veía ni creía que pudieran verla linda con una personalidad radiante. Mariel Quiroga le aconsejó encontrar cada día algo que le guste de ella misma cuando se mire al espejo para ir encontrando lo maravillosa que es. Mariel Quiroga puso en práctica su pasión en la pantalla chica, que es acompañar a la gente a sentirse bien consigo misma.
​Para ella, la elegancia va más allá del color negro porque también entran en juego una postura segura, lo gestual, la entonación y la forma de hablar. Nos recuerda que nos comunicamos a través de la comunicación verbal, no verbal y la visual (vestuario e imagen) a la cual se le atribuye un 55 % de impacto en los demás. Nos encontramos en una realidad donde la gente nos trata como nos ven. Y en la disyuntiva de la imagen, aunque todo entre por los ojos, Mariel Quiroga comenta que el hábito no hace al monje, pero sí que le permite entrar al monasterio. Pero, “debe haber una coherencia entre esa imagen que va hacia afuera y lo que somos hacia adentro. Tenemos que amarnos, hay muy pocas personas que llegan a amar todo lo que ven, todo lo que son. La belleza no tiene forma, color ni estereotipos. Hay mujeres suaves, enérgicas, todas somos diferentes y está bien así.” Según ella, ser femenina es poder abrazar todas las facetas de una mujer, la de madre, la de esposa, la de mujer, dándose su lugar, su espacio, cuidándose porque cuidarse es una forma de amor.
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Mencionó que podemos trabajar nuestra marca personal o personal branding eligiendo algo que va a diferenciarnos de los demás. Es así que se marca una identidad única como la de Steve Jobs y su jersey negro de cuello alto, la de Tony Robins y su gorra o la de Oprah Winfrey y sus colores vivos. En el caso de Mariel Quiroga, la distingue su sombrero bombín burdeos que le acompaña desde 2017 y con el cual se hizo conocer en Francia. Muestra con orgullo su identidad cultural boliviana a través de sus prendas, sin dejar de lado su elegancia y su feminidad. Cuando no lleva puesto su sombrero, siempre hay alguien que lo echa en falta.  
En nuestra vida, integramos creencias, costumbres y nuestra cultura que moldean nuestra identidad, la conservaremos y será una muestra de orgullo para ser uno y no parecerse a alguien más. Al momento de despedirnos, Mariel Quiroga, terminó recordando a los lectores que hay que valorar lo nuestro, jugar con las prendas con las que nos vestimos cotidianamente, y que antes de vestirnos hay que saber quiénes somos.
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​Actualmente, desde Francia, Mariel Quiroga ofrece la formación para ser “Coach de Imagen Holística” y muy pronto estará disponible su podcast en español denominado " Vestir su esencia."
Instagram : https://www.instagram.com/marielquiroga_style_mindset/
Página web : https://www.marielquiroga.com
Correo electrónico : [email protected]

ENTREVISTA A LA DISEÑADORA MÓNICA SILES TORO
“Son las lentejuelas las encargadas de lograr que un ornamento resalte en el diseño de un bordado.”

Por Micaela Montaño
Fotos cortesía de Mónica Siles
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Ya suena la música y se asoma el carnaval. Estaremos envueltos en mundos de colores, brillos y sobre todo tradición. El brillo, desde su aparición, ha venido a ornamentar atuendos y a mostrar estatus, ya sea con monedas de oro o de plata bordadas en los trajes. Pero, retrocediendo aún más en el tiempo, en 1922 cuando se descubrió la tumba de Tutankamon (1341 a.C.-1323 a.C.), dentro de los cerca de 5.400 objetos encontrados, se dice que había atuendos bordados con discos brillantes, o sea, nuestras lentejuelas.
​A la lentejuela se la conoce en inglés y en francés como “sequin” que vendría de “sikka” que en árabe es moneda. Pero, a su vez vendría de “zecchino”, la moneda de oro en Venecia en el siglo XIII. Otro misterio respecto a las lentejuelas es el dibujo de un prototipo de una máquina de lentejuelas que guarda El Códice Atlántico de Leonardo da Vinci, libro conservado en la Biblioteca Ambrosiana en Milán. ¿Habrá sido ideado para resaltar el glamour de los vestidos del Renacimiento o habrá tenido otro fin? Lo que sí podemos decir es que en nuestra tierra boliviana, existe una diseñadora, fiel al glamour, a la elegancia, a la sutileza y a la tradición que, además, ve en las lentejuelas el valioso soporte que representan en una composición de bordado en los trajes tradicionales.
​Mónica Siles Toro, sucrence de cuna  y orureña de corazón, en sus 33 años de presencia en el mundo de la moda, ha visto desfilar sus creaciones en pasarelas nacionales e internacionales, eventos de belleza y en fiestas nacionales que enaltecen nuestro folklore como es el Carnaval de Oruro. A ella le caracteriza el compromiso de respetar el concepto e historia que narran sus trajes y el valor que otorga a todas las manos que intervienen en la minuciosa realización de cada bordado, pintura, puntada… Es con alegría que les compartimos lo que fue nuestra entrevista en su atelier
en Oruro, la capital del folklore, que está ubicado muy cerca de la plaza principal. 
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BOHEM. - ¿Cuál es el protagonismo de las lentejuelas en los trajes que diseña?
Mónica Siles Toro. - Las lentejuelas, tan imprescindibles en el diseño de una composición, representan el 40% de todos los abalorios que incluimos, entre canutillos, mostacillas, perlas, piedras-mis favoritas. Analógicamente a un ejército, las lentejuelas simbolizan los soldados. Un ejército sin soldados no puede existir. Son las lentejuelas las encargadas de lograr que un ornamento resalte en el diseño de un bordado y es fabuloso saber que hoy por hoy existe un panorama infinito de formas, colores y matices de lentejuelas. Las lentejuelas sustentan el esquema.
BOHEM. - ¿Cómo nace una creación suya?
Mónica Siles Toro. -
A partir del moodboard, junto a un concepto, hago los bocetos que se rigen a modificaciones y a la aprobación del cliente. Luego, corre el tiempo para la realización del traje que lleva entre uno y tres meses. Pasa por manos mías y por las manos de los talentosos artesanos de mi equipo de trabajo cuya mano de obra es de alta calidad. Pero, aparte de todo el material tangible, cada traje o cada obra como yo la concibo, lleva el amor que hemos destinado para confeccionarlo. Esa es la fase más laboriosa por el meticuloso trabajo que se ha realizado y que difícilmente puede apreciarse desde graderías como espectador de una entrada o un carnaval. Sin embargo, el detalle y el fino acabado están presentes. Mis clientes locales, nacionales y extranjeros me han hecho saber que sus trajes cuentan con un lugar privilegiado en sus hogares. Mi objetivo real es entregar piezas inolvidables que no se limitan a la ropa, sino también incluye los accesorios, fundamentales en el mundo del folklore. Me preocupo en pensar desde lo que es la punta de la bota o el zapato hasta la punta del sombrero. Todo, absolutamente todo narra la historia que se quiere contar, por ejemplo la leyenda de las cuatro plagas en Oruro.
BOHEM. - ¿Algún traje es la niña de sus ojos?
Mónica Siles Toro. -
Creo que no, considero a cada una de mis obras como un hijo querido.
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BOHEM. - ¿Qué implica la inteligencia artificial en el trabajo de los diseñadores de moda?
Mónica Siles Toro. -
Actualmente, hemos implementado la tecnología trabajando en 3D. La IA va a ser una herramienta impresionantemente útil, pero ante todo siempre va a prevalecer el corazón que le pongamos a lo que hacemos. Eso es irremplazable. La IA es un apoyo, pero no va a sustituir al humano porque la mente está para dirigir esa inteligencia artificial.
BOHEM. - ¿Podría comentarnos sobre la publicación de su revista, homónima de su marca?
Mónica Siles Toro. -
 Con mucho gusto. Durante 12 años hemos publicado nuestra revista que ha sido nuestra carta de presentación y que ha financiado proyectos sociales dirigidos a diferentes comunidades que necesitaban de nuestro apoyo como la escuela de ciegos. Pudimos donar los instrumentos de una orquesta completa con la finalidad de que ellos pudieran aprender a tocar música, y  posteriormente generar sus propias fuentes de trabajo. Así, cada número de la revista ha apoyado un determinado proyecto social que, una vez ejecutado, era dado a conocer en conferencia de prensa y con total transparencia. Esta revista ha sido la vitrina de lo que se hace en Oruro y en otras ciudades de Bolivia. Otro de sus valores ha sido la inclusividad por haber incluido a personas de diferentes edades, tallas y morfologías, alejándonos de cánones de belleza estereotipados. 
Mónica Siles Toro junto a su marca “Monika-Alta Moda” diseña trajes de noche, de fiesta, de gala, de novias, en los que ha podido bordar, en ciertos pedidos, cristales Swarovski, deleite para la vista. La diseñadora cuya paleta favorita es la fría y sus colores los crudos y neutros, nos cuenta más sobre ella. "
BOHEM. - ¿Qué es la elegancia para usted?
Mónica Siles Toro. -
La defino como una forma delicada y sutil de estar presentes. Ser elegante es pisar fuerte sin hacer ruido. Aunque el folklore recurra a lo colorido o a lo abigarrado en algunos casos, estos últimos años, siento haber depurado esa idea. He venido trabajando una monocromía y una bicromía que me han permitido lograr visualmente algo delicado y fino. 
BOHEM
. - ¿Quién es su diseñador/a favorito/a?
Mónica Siles Toro. -
Admiro a Coco Chanel por ser mujer, por su fortaleza, por revolucionar la moda, por su estilo y creatividad, por su ímpetu en salir adelante pese a su situación. 
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BOHEM. - Volviendo a las lentejuelas, ¿son de día o son de noche?
Mónica Siles Toro. -
Hoy en día se ha democratizado el uso de la lentejuela, seguramente por la tecnología. Se la lleva en prendas del diario vivir. Ya nadie tiene miedo de usar lentejuelas en el día, aunque personalmente el brillo lo dejo para la noche.
La diseñadora Mónica Siles Toro, no solo es amiga de texturas, formas y colores, sino también de las letras, lo que debe ser natural en una profesional de Comunicación Social. Escribe poesía y otros géneros. Nos comparte y recomienda leer una de sus lecturas favoritas: “La Madre de Frankestein” de Almudena Grandes. 

Conversar con ella ha sido un verdadero placer, en especial cuando nos confía que: “Escuchar el nombre de Bolivia cuando un traje ha salido ganador o ha destacado entre los mejores en un certamen internacional, llena de orgullo, no solo a mí sino a todo el equipo que trabaja conmigo.” Sin duda, todos nosotros como bolivianos también sentimos ese orgullo. Como dice ella: “a veces se subvalora la moda del folklore porque se piensa que no tiene la calidad ni la maestría que puede tener una pieza de alta costura. El acabado, el detalle, el armado y el trabajo no tiene nada que envidiar a una pieza de alta costura, porque además reúne las condiciones.” Bolivia está a la altura y con certeza la moda boliviana seguirá sorprendiendo.
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Miren por donde miren, nuestras retinas absorben colores al infinito. Algunas veces, es un descanso, otras, un ataque visual. Aunque escuchemos, por ejemplo, que el rojo es sexy, el negro es elegante, el rosado femenino, los colores constituyen un mundo que es objeto de estudio no solo de diseñadores, estilistas, decoradores, asesores de imagen, sino también de filósofos y psicólogos. En el siglo XIX, el psicólogo William James, catedrático de la Universidad de Harvard se interesó por el “Yo Sartorial”, (sartorial de sastre). Él creía que vestir era una parte esencial del “Yo Material”. Allá por 1890, él ya se cuestionaba sobre la relación entre la moda y el bienestar. Reflexionó sobre la vestimenta como la extensión de nosotros mismos, capaz de diirigirnos hacia una felicidad psicológica.
Aunque la visión de la moda esté dividida entre quienes la consideran como la superficialidad personificada y quienes la valoran positivamente, la moda y los colores siguen interesando, como a la psicóloga Dawnn Karen. Para ella, la psicología de la moda “es el estudio y el manejo de cómo el color, la imagen, la forma, el estilo y la belleza afectan al comportamiento humano reflejándose en normas y sensibilidades culturales”. Ella se ha interrogado sobre por qué vestimos lo que vestimos. Según ella, es importante la congruencia o el alineamiento entre la actitud y el atuendo, ya que a veces lo que vestimos no coincide con lo que sentimos. Es decir, si sentimos dolor, permitámonos vestir dolor, aunque también podemos vestirnos para sentirnos mejor frente a ese dolor, puesto que podemos vestirnos para sanarnos. Habla ella desde su experiencia. 
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Denominada como la psicóloga de la moda, Dawnn Karen ha acuñado el término de “ropero dopamina” que consiste en optimizar el humor a través de la ropa que vestimos y así incrementar la dopamina. Vestir puede ser una modalidad de superación o una herramienta de expresión, que además mejora la autoconfianza o alivia la ansiedad cuando llevamos nuestra/s prenda/s favorita/s. Nos dice de igual modo que no solo un color puede ser nuestro aliado sino también un tejido, un patrón o un estilo. Esto, además, nos lleva a pensar en nuestra marca personal y en si realmente estamos enviando el mensaje que queremos transmitir. Sin embargo, hace hincapié que, ante todo, el camino es personal y no una expectativa de los demás. Se comienza por lo interno, es decir, validándose uno mismo y no buscando una validación de los otros. 
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Podemos así comenzar nuestro día preguntándonos cómo nos sentimos y vestirnos acorde a ese sentimiento. Hoy por hoy, regalarnos ese tiempo resulta importante, más aún cuando prácticamente vivimos en piloto automático. Entonces, si necesitamos sentirnos confiados para una entrevista de trabajo o una ponencia, llevar nuestra prenda favorita va a jugar un rol esencial en nuestra seguridad. En caso de que solamos vestir las mismas prendas de nuestro armario cápsula, siempre habrá un complemento como un brazalete, anillos o aretes que nos hagan sentir confianza debido a ese cariño y apego que les conferimos. Si quisiéramos incrementar, en un dos por tres, ese neurotransmisor tan primordial en nuestras vidas como es la dopamina, el amarillo debe entrar en escena. 
El concepto “de adentro hacia afuera” va a marcar la diferencia porque no podemos vestir algo solo porque alguien nos diga que nos quedaría lindo. Hay algo más profundo, algo más allá en los colores, en la ropa tal como nos lo explica Dawnn Karen, docente en el “Fashion Institute of Technology” de la Universidad de Nueva York donde estudiaron Michael Kors o Calvin Klein.    

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De la camisa, el polo adopta su cuello y una botonadura de solo dos o tres botones en el pecho. Esta creación se le atribuye al legendario, multifacético y visionario tenista francés, René Lacoste (1904 - 1996), quien ideó hace unos 90 años este diseño para jugar tenis más cómodamente. En esa época, los tenistas jugaban con un pantalón largo y una camisa también de manga larga manteniendo una característica elegancia. Sin embargo, el tejido de esas prendas se tornaba incómodo al no ser transpirable. Entonces, el señor Lacoste decidió acortar las mangas y se inclinó por otro textil, algodón piqué, el cual absorbía el calor y permitía una mayor libertad de movimiento.
​Una vez retirado del tenis, después de haber sido campeón en siete torneos del Grand Slam y considerado el mejor jugador del mundo en 1926, creó su marca homónima. El camino no lo recorrió solo. Junto a André Gillier inventaron su icónica prenda con su singular tejido de punto o tejido de piqué. Lograron que esa prenda deportiva se proyectara fuera de la cancha y que sea parte de una vestimenta chic y casual en la ciudad. Así revolucionaron la ropa tenística a pesar de haber sido señalada con el dedo por osar cambiar un código indumentario en el tenis. En un principio se mantuvo el polo de color blanco, típico del torneo de Wimbledon, que todavía lo exige. Después, el polo vino en una variada paleta de colores y diseños.



Detrás de bambalinas o como datos curiosos, un polo requiere de unos 25 km de hilo para confeccionar su tejido. Antes de  llegar a los puntos de distribución, un polo ha pasado por 50 manos, ya sea tocando la tela, el cuello u otros detalles. Además, la marca Lacoste cuenta con su propio instituto de formación con el fin de hacer perdurar el saber-hacer de las técnicas que emplean para la fabricación y confección de los polos. 
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Es así que el cocodrilo, desde 1926, se convierte en el logo de esta mítica marca que fue pionera en adjuntar un logo visible a la prenda. El icónico polo sigue presente en el guardarropas de hombres, mujeres y niños. Es sin duda transgeneracional. Aunque la prenda adoptó por metonimia el nombre del deporte ecuestre, siempre hizo referencia al tenis y a la moda urbana ofreciendo versatilidad. Podemos llevar un polo combinándolo de diferentes maneras y adquirirlo bajo diferentes marcas, sin embargo, el padre del polo siempre será un francés.
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Si el mundo recuerda el 8 de marzo a las mujeres, Bolivia lo vuelve a hacer el 11 de octubre en homenaje al natalicio de Adela Zamudio Rivero, escritora cochabambina. Bolivia honra así a todas sus mujeres. Tanto Zamudio, pionera del feminismo, como Juana Asurdui Llanos, heroína independentista sucrense, fueron mujeres que inspiraron y lo siguen haciendo por su esencia y su compromiso social. 

Como mujeres, nos inspiramos unas a otras, no solo internamente, en valores, sino también externamente, en estilos. En este mes de octubre, estos dos personajes históricos del siglo XIX y principios del siglo XX nos invitan a hacer un viaje en el tiempo, recordarlas y ¿por qué no? visualizar su estilo de vestir.
Por un lado, los retratos muestran una imagen de Adela Zamudio feminizada. Se la ve con una falda o vestido sobrio, elegante y amplio con encajes y volantes, marcando la cintura por el corsé en forma de S que hace pensar al estilo de Eduardo VII del Reino Unido con su época eduardiana de 1901 a 1910.
Sin embargo, la personalidad de Adela Zamudio, por medio de su lucha social y educativa, se acerca más al estilo de una “sufragista” de Reino Unido, reclamando justamente el voto de las mujeres. Como el hábito no hace al monje, un traje romántico y delicado puede cubrir una coraza que lucha por la justicia social.

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Por otro lado, los retratos de Juana Asurdui muestran una imagen masculinizada por su uniforme militar o el trazo de sus rasgos. Al pensar en las pinturas que existen de ella, podemos cerrar los ojos e imaginarnos llevar algo de lo que fue su traje. Una chaqueta o blazer de cuello militar nos puede dejar imaginar transportarnos a esa época en la que la valerosa Juana Asurdui derrotó a las tropas realistas en la batalla del 3 de marzo de 1816. 
Indiscutiblemente, una prenda como esa chaqueta puede convertirse en una pieza básica, ya sea con una botonadura dorada, plateada o cobriza. Puede ser fácilmente combinable y evocar pensamientos sobre la historia que se escribió en nuestro país, a través de batallas, narrativa y poemas.

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​Si la moda puede ser ambivalente, evolucionar, adaptarse, reinventarse, ir y volver, al vestirnos con el estilo de estos dos personajes emblemáticos, podemos llevarlas no solo en el alma sino en la piel. Elegir vestidos y blusas bohemios, faldas amplias o una chaqueta militar son opciones que están ahí recordándonos algo. Al fin y al cabo, “la moda ha marcado cambios sociales y los cambios sociales han marcado la moda.” (T. Nuñez del Prado, J. Pozo)
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Foto de Brian Delgadillo / Ella es Sdenka Moya

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​Estilos de vestir

Por Micaela Montaño - UKIMSA
​Moda, estilo, tendencia, mencionados en pasarelas, revistas y en esta ocasión aquí. El diccionario define a “la moda” como el gusto colectivo y cambiante en lo relativo a prendas de vestir y complementos.
“ De moda”, a su vez, sería que en un momento determinado goza de destacada aceptación; por ende, “pasar de moda” vendría a ser perder actualidad o vigencia. Por otro lado, una "tendencia” es una idea artística que se orienta en determinada dirección. Y “estilo” es el modo, la manera, la forma de comportamiento, como también, puede ser el uso, la práctica, la costumbre, la moda o incluso, el gusto, la elegancia o la distinción de una persona. A través de una línea de tiempo, viajaremos por 22 estilos emblemáticos que Hayley Edwards-Dujardin diferencia en su libro “Indémodables”. 
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En primer lugar, el estilo Dandi, cuyos adeptos fueron Oscar Wilde, Charles Baudelaire o Salvador Dalí, reflejaba un cuidado no solo de su apariencia, sino también su postura intelectual y su modo de vida con un matiz de esnobismo. Los hombres lucían un peinado impecable, un fular de seda en el cuello, una chaqueta de gamuza, zapatos de vestir muy bien lustrados y un bastón para un andar firme.
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​El estilo Garçonne, (garçon en francés significa chico) destaca la reivindicación de la mujer en la sociedad. Ella desea vestir pantalón de un modelo ancho tipo pijama y en cuanto a vestidos debían ser amplios y rectos mostrando una silueta tubular. Los atributos de este estilo son propios al traje de charlestón: cabello corto y audaz, vincha con plumas, sombrero melón, una boa, perlas, guantes largos, vestidos con flecos, zapatos Salomé. Entre los íconos de este estilo están Gabrielle Chanel o Joséphine Baker.
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 El estilo Zooter (zoot suit) es una opción para quienes se sintieron marginados, por eso se dice que vestir este estilo es más racial que estilístico. Partes de este atuendo son el sombrero, un saco largo y envolvente, un pantalón sumamente ancho con un botapié ceñido, unos zapatos Derby. Las mujeres se inclinaban por una falda y una chaqueta que a simple vista uno diría que un chico se la prestó. Jim Carrey en La Máscara lleva ese estilo o Janet Jackson en su clip Alright.
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​El estilo Ivy League se muestra más natural e informal y se asocia a los estudiantes deportistas de universidades estadounidenses prestigiosas que buscaban diferenciarse de sus padres. Ese espíritu rebelde se caracterizaba por la camisa abotonada hasta arriba, encima un saco a cuadros dejando caer una corbata seria, pero gráfica. En la parte de abajo, un pantalón caqui como si hubiera sido prestado de amigos militares;, un buen par de mocasines en los pies y como último detalle una montura de diseño de escamas, chic e intelectual. Ese estilo fue llevado por John F. Kennedy o los colegiales tranquilos de la película Grease.
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​El estilo Teddy Boys & Girls es el resultado del renacer de la moda después de la II Guerra Mundial. Fue en vano el intento de los sastres por acomodar las prendas de los años 1900, en el entonces reinado de Eduardo VII, porque la élite no lo adoptó. Fueron los hijos de la clase obrera los que adquirieron las prendas liquidadas en tiendas. Este estilo se diferenciaba por el peinado tupé o jopo como el de Elvis Presley. Prendas de este estilo son: un abrigo largo haciendo referencia al estilo eduardiano que por cierto, Teddy es el diminutivo de Edward. Llevaban una corbata del oeste en homenaje al sueño americano y los zapatos que eligieron fueron los Creepers con medias blancas dejándose ver.
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​El estilo Mods aunque se opone a los Teddy Boys se queda con su gusto por la apariencia sofisticada. En cuanto a la preferencia musical se interesan por el jazz moderno, el soul, el blues, la música jamaicana. Sus adeptos eligieron una camisa blanca ya que va con todo; llevaban una corbata delgada para no parecerse a su papá, una chaqueta ajustada y una parka militar, un pantalón recto y botas Chelsea, sin olvidar unos lentes de sol. Pasearse en una scooter les brindaba el sentimiento de libertad. Íconos de este estilo fueron los Beatles.
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​El estilo Panteras Negras es la firme reivindicación de la población afroamericana, que a pesar del voto de 1964 del Acta de los Derechos Civiles, continuó viviendo injusticias y discriminación. Creían que las mujeres debían sentirse orgullosas de su identidad. En 1966, la versión inglesa de Vogue publicó la primera portada donde aparecía una modelo de esas características, en 1974 lo hizo la versión americana y en 1988 la versión francesa con Naomi Campbell. Su atuendo distintivo fue su boina y lentes de sol. La ropa era de color negro como símbolo todopoderoso imponiendo una postura firme. En cuanto a las mujeres, llevaban faldas de cuero, pines con mensajes y el símbolo del puño en alto.
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​El estilo Peacocks o pavo reales tenía adeptos que buscaban alejarse de lo conservador y autorizarse la fantasía y que además sentieran que no había nada de malo en preocuparse por la apariencia. Eligieron terciopelos, encajes, camisas Liberty o con detalles frufrú, lazos de corbata. Los colores tenían que ser vivos. En los pies calzaban botines con tacón y en cuanto a su cabello el corte de pelo era bowl y llevaban lentes ahumados. Entre sus íconos están los Beatles, Prince o bien Jimi Hendrix.
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​El estilo Hippie reflejaba una vida alternativa lejos del consumo y materialismo. Optaron por un ideal ideológico, dejándose orientar por una filosofía oriental, sexualidad libre, música psicodélica y la droga. En su deseo por afianzar sus creencias recurrieron a préstamos multiculurales valorizando la ropa como el caftán, el poncho o los jeans en homenaje al mundo obrero. Los cabellos eran largos para todos con el fin de atenuar los géneros. Ellas llevaban vestidos largos y amplios, sobre todo hechos a mano. Eligieron también ropa vieja. Los flecos los llevaban en homenaje a los nativos americanos, sus chalecos eran andróginos y psicodélicos. Como accesorios llevaron lentes redondos, fulares como los de los gitanos, pantalones patas de elefante por la ultracomodidad y sandalias de cuero para regresar a la artesanía.
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​El estilo Funk buscó visibilizar lo estigmatizado como la ropa tradicional africana. Asimismo, este estilo sexualizó el cuerpo para reivindicar mejor su emancipación. Su atuendo consistía en un pantalón llamativo patas de elefante con botines de tacón ancho y abrigos de piel. Tenían una preferencia por el cuero, las cadenas en el cuello, un peinado natural y también dejaban ver la piel. Prince y Lenny Kravitz fueron quienes se inspiraron en este estilo. 
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​El estilo Lolita se inspiró en los héroes de la literatura infantil británica como Alicia en el País de las Maravillas o en personajes de los manga o en la misma Hello Kitty e incluso en los trajes occidentales rococó y victoriano. Se encuentra lejos del personaje de Vladimir Nabokov. La lolita japonesa nace en las calles de Japón cuyo objetivo es revelar el niño interior que no desea crecer. Los vestidos o las faldas con muchos vuelos frufrú y encajes son lo típico. Llevan medias colegiales y zapatos Babies y como accesorios un bolso de mano divertido y una sombrilla para proteger la piel de porcelana.
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​El estilo Sapeur tiene seguidores que concuerdan con la Sape (Société des Ambianceurs et des Personnes Élégantes) que se originó en el Congo. Adaptaron la elegancia masculina de los trajes tres piezas de occidente inclinándose muchas veces por colores alegres y hasta chillones. Como accesorios disponían de un sombrero como símbolo de elegancia, lentes de sol redondos, corbatas fantasía, un bastón para un caminar firme. Papa Wemba, un músico congoleño, fue una de sus referencias.
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​El estilo Hip Hop tiene adeptos cuyo gusto musical combina hip hop y rap. Se convirtió en un movimiento que nace en guetos como el Bronx. Su vestimenta destaca lo urbano como zapatillas y conjuntos deportivos para poder bailar con comodidad. Su ropa interior podía ser visible mostrando las marcas. Como complementos usaban collares o cadenas brillosas y una gorra. Las chicas muestran el ombligo sin complejos llevando solo un sostén deportivo o una camiseta corta. Entre los íconos están Jay-Z o 2Pac.
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​El estilo Glam Rock es ante todo un estilo musical. Es el grupo T.Rex que junta el estilo Dandi y el Cabaret para ofrecer un espectáculo total. Da un puntapié al conservadurismo tan presente en Inglaterra y a los estereotipos masculinos, llegando a ser incluso una provocación. Por ejemplo, David Bowie posó en vestido para su álbum The Man Who Sold the World.  Otro de sus representantes fue Freddie Mercury en los inicios de Queen. El distintivo eran pantalones pata de elefante coloridos, botines con tacones altos, corte de pelo largo y desflecado, torso al descubierto y maquillaje en los chicos.
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​El estilo Punk destaca a seguidores que asumen lo que incomoda como la violencia, el sexo y lo políticamente incorrecto. Su atuendo está compuesto por el cuero, aquel de los rebeldes, ropa rota, agujereada, ganchos, tartán (tela escocesa), medias de rejilla para ellas, peróxido en el cabello y cresta para ellos. Sus íconos fueron los Ramones, Sex Pistols, Patti Smith entre otros.
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​El estilo Blitz Kids, llamados también los Nuevos Románticos, es la vanguardia noctámbula que busca expresar identidades radicales, únicas y teatrales. En otoño de 1978 se reunieron aquellos excéntricos en un bar pequeño llamado Blitz. Para vestirse eligieron proporciones adaptadas voluminosas y su color era el negro. Sus camisas eran de cuello jabot, su sombrero dramático y misterioso. Llevaban muchas joyas porque nunca es demasiado. En cuanto a maquillaje éste era extravagante tanto para mujeres y hombres.
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​El estilo Grunge también característico al estilo musical, mezcla el punk, el heavy metal y el rock. Busca ser la antimoda. La recesión económica hace reflexionar y deciden terminar con la ostentación de los 80. Uno de los grupos característico es Nirvana, quienes entre otros visten con camisas de leñador o a cuadros. Sus jeans tenían un aspecto usado, envejecido y los tenis estaban agujereados mostrando que patinaron mucho en sus skates. Sus cabellos eran largos, despeinados y un poco grasosos. Entre sus íconos estaban Kurt Cobain, Courtney Love o Pearl Jam.
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​El estilo Emo es considerado como un gran movimiento de contracultura adolescente. El término Emo viene de emotive hardcore. Sus seguidores desean compartir la sensibilidad, la introspección y las emociones. No dejan de ser estigmatizados por una sociedad que rechaza la reserva. Eligen pantalones skinny, polerones amplios con capucha para aislarse del mundo exterior, poleras con mensaje y tenis Converse. Respecto al corte de cabello, llevan un flequillo largo para mantener el misterio. Entre sus íconos están Avril Lavigne y Winona Ryder.
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​El estilo Gótico se caracteriza por el color negro y el color violeta. Es un guiño a la época victoriana y al gusto por lo estético neomedieval y a lo oculto. Sus discípulos exhiben siluetas misteriosas como los personajes de la familia Addams o Tim Burton. Se visten con una falda de la aristocracia del siglo XIX. Se cubren con tela de rejilla, llevan una cruz en el cuello, pulseras con púas, botas de plataforma alta, cabellos desordenados y maquillaje negro en ojos y labios. A veces llevan velo negro que cubre el rostro. 
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El estilo Deconstructivista acuñó este término de manos del filósofo Jacques Derrida en los 60 y recién en 1989 gracias al artículo de Bill Cunningham, el término se utiliza para describir la moda y sobre todo el trabajo de Martin Margiela. Esta apariencia deconstruida gusta a quienes intelectualizan su aspecto rechazando el espíritu ostentatorio de los 80. ¿Cómo? Vistiéndose de negro y llevando mútiples capas con juegos de asimetría, muchas veces una falda negra larga y envolvente combinando con una blusa de tejido artesanal. Sus cabellos estaban desordenados y las botas de su elección eran las botas Tabi. Entre los íconos de este estilo están Issey Miyake o Yohji Yamamoto.  ​
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​El estilo Techno, llamado Second Summer of Love   es un guiño al apogeo del movimiento hippie recurriendo a valores como la paz, el amor y la libertad. Este estilo se ve plasmado en la película de visión futurista de la era digital de Matrix. Sus adeptos podían ser vistos en las fiestas rave  como la Techno Parade parisina. De forma paralela nace en esta época la ilustración para una empresa de seguros que levanta la moral, la famosa carita feliz amarilla y negra, emblema del optimismo. El atuendo estaba compuesto de poleras con ese diseño, pantalones baggy cómodos para bailar, camisetas cortas superpuestas, franjas fluorescentes, zapatos con plataforma. Llevaban colores de pies a cabeza. Las Spice Girls y los Chemical Brothers fueron algunos de sus íconos. Los dijes al cuello típicos eran los chupetes.  
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​El estilo Normcore busca dirigirse hacia lo banal, a no diferenciarse y a fundirse en la masa. De ahi, el origen del término, contracción de normal y hardcore. Hay un giro hacia el perfeccionismo porque irónicamente inspira a una silueta donde nada es dejado al azar. Steve Jobs, Sofia Coppola o los personajes de Friends eligieron este estilo. Su atuendo estaba compuesto de un jean bien elegido, la chachemira para un lujo discreto, una gorra, una polera cuello alto en homenaje a Steve Jobs, zapatillas en tendencia pero no el último grito de la moda.
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Recorrer estos 22 estilos es un viaje que no solo nos permite visualizar colores, combinados, diseños, estampados, corte de las prendas, el largo, la textura, los accesorios sino también el mensaje y la ideología que transmitimos.
ART - CONTENIDO EDICIÓN ABRIL 2024
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Érase una vez una tela sumamente resistente que se dice que cruzó el Atlántico, en el siglo XIX para ser adoptada en Estados Unidos. Se reprodujo universalmente y es inmortal. Su pasaporte fue su durabilidad que se materializó, en un principio, en cubiertas de carretas u otros accesorios para la marina gracias a su resistencia e impermeabilidad. Sin embargo, esta mítica tela saltó a la fama con la confección de ropa de trabajo para trabajadores cuya labor era dura ya sea en la mina, en la ferrovía o en el campo.
De lo que fuera el "over all" u overol, especie de enterizo para proteger la ropa de esos trabajadores, nace el pantalón no con cuatro sino con cinco bolsillos. Se pensó inclusive dónde guardar el reloj de bolsillo. Fue el sastre Jacob Davis quien se suministraba de la tela de otro visionario como él, Löb Strauß, que pensó en mejorar el refuerzo de las costuras de los pantalones añadiendo remaches de cobre. Estos dos inmigrantes, el Sr. Davis, estoniano, y el Sr. Strauss, alemán, registraron la patente del modelo de ese pantalón en 1873 y se unieron de por vida para fortalecer la empresa Levi Strauss & Co. o Levi´s.
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Pero, ¿por qué azul?, ¿por qué blue jeans? y ¿por qué denim? El azul emblemático de los pantalones proviene del tinte índigo de la India que llegaba al importante puerto de Génova. Como en francés esta ciudad se dice Gênes, la gente hablaba del ‘azul de Génova’, es decir, "le bleu de Gênes". Pero, su pronunciación inglesa se impuso, dando como resultado al "blue jeans", tal cual los hispanohablantes lo pronunciamos. Ahora bien, la historia del denim se origina en la ciudad francesa llamada Nîmes que albergaba la fabricación de esta tela resistente cuya particularidad era su hilado y tejido diagonal o tejido de sarga. Entonces, al decir Denim, nos referimos a la tela "de Nîmes" cuyo tejido por lo general nos muestra azul por un lado y crudo del otro debido a los dos colores de hilos.
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Hoy por hoy, esta tela termorreguladora, sobre todo al combinarse con lino, permite diversos atuendos formales e informales para grandes y chicos, y para todos en general. Es la reina de la versatilidad y será casi imposible destronarla. Esta tela ha jugado a la ruleta con el círculo cromático obteniendo así diferentes tonos de azul y colores diversos. Aunque las propuestas de prendas confeccionadas con esta tela han explotado exponencialmente debido a una infinita industrialización, en nuestras manos está la elección de prendas durables con conciencia ambiental y laboral. Nuestro guardarropas sí puede contener prendas de jean o de denim cuya vida sea larga, utópicamente, infinita como el cielo azul o el vasto mar.  
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Foto de Denis Torranzos
ART - CONTENIDO MARZO 2024
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​Una prenda en una vitrina siempre cuenta una historia. Su ciclo de vida comienza con el nacimiento de la idea en la mente de un diseñador y se materializa en un boceto. De esa idea plasmada en papel, hay un crecimiento, un desarrollo que, grosso modo, prosigue con la elección de telas, la confección y el control de calidad. Por último, la prenda es expuesta en una tienda física o virtual para llegar al cliente. Una vez en su armario, su vida estaba destinada a ser larga. Pensemos en la ropa vintage. Era difícil concebir la muerte de una prenda porque se solía utilizarla incontables veces recurriendo al arreglo y al remiendo que eran actitudes generalmente de nuestras madres, abuelas y bisabuelas. Explotaban naturalmente el suprarreciclaje o infrarreciclaje o el upcycling.
 
Pese a la actual inclinación por el upcycling, siguen existiendo vertederos clandestinos de ropa. Por ejemplo, en Alto Hospicio, provincia de Iquique, a unos 688 km de La Paz, se originan incendios de las numerosas toneladas de ropa desechada. Se han convertido en los patios traseros de industrias extranjeras que exportan saldos, ropa de segunda mano, fallada o en mal estado. Se dice que, en 2022 Chile importó 857.340 toneladas de ropa y se estima que se descarta un 70%, según el Banco Central. 
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​Aunque hay acciones conscientes como la de una empresa que fabrica paneles de aislación térmica con ropa reciclada, a nivel personal siempre hay algo por hacer. Una opción, seguramente entre tantas otras, consistiría en volver a aquellas costumbres de arreglos de las anteriores generaciones. Otra opción sería elegir prendas cuidadosamente respecto a colores, texturas, cortes, calidad y originalidad, y ¿por qué no respetando el kilómetro cero?
 
Existen muchas propuestas en Bolivia que seguramente están abiertas a complacer gustos, a asesorar atenta e individualmente sobre una prenda específica. Prueba de ello, son las marcas bolivianas de moda ya consolidadas y también las emergentes. Comprometida con ser una vitrina boliviana, la Revista BOHEM, en su mes aniversario, organizó nuevamente un exitoso desfile de modas mostrando un abanico de firmas bolivianas para impulsar la creación boliviana.
 
Claramente, las propuestas de moda existentes dan pie a plantearse la alternativa de adquirir una prenda nacida en Bolivia elegida por la unicidad en su diseño. O bien, mandarse a diseñar y/o confeccionar una prenda a medida bajo el espíritu de la firma boliviana con la cual se tiene afinidad. Por demás, está mencionar considerar la calidad de la prenda para garantizarle una vida larga y feliz para con uno, para con el país, para con la situación laboral y para con el planeta. 
ART  -  CONTENIDO FEBRERO 2024
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​Por Micaela Montaño

​El carnaval aprueba tantas combinaciones de colores como sea posible.  Es como si en esta temporada se le otorgara una tregua al duelo a muerte entre la regla de los tres colores a la hora de vestir y su famoso oponente: el carnaval. No hay discusión, tanto en nuestro país como en los del hemisferio norte, el verdadero anfitrión es el color. Guardados quedaron los trajes dicromáticos de personajes tradicionales como el Pierrot, por ejemplo, para dar lugar a colores y trajes elegantes sin necesariamente estar en Venecia.  Es el caso del Carnaval de la Guayana Francesa, el departamento de ultramar de Francia que está entre Surinam y Brasil.
 
Cruzando el Atlántico llegamos a la Guayana Francesa, sabremos que no se viven días sino semanas de carnaval, entre cinco y nueve. Como en la época de los colonos, el acceso a las fiestas de carnaval les estaba prohibido a los esclavos, ellos se dieron modos de organizar sus propios bailes clandestinos de disfraces. Disfrazados completamente, ocultaban su identidad. Las mujeres disfrazadas de pies a cabeza en estos bailes pasan a llamarse “touloulous”. Engalanadas con trajes suntuosos que tal vez en un momento dado caricaturizaron a las colonas, ahora, las mujeres de la Guayana siguen vistiéndose así para el tan esperado carnaval. Esos trajes consisten en vestidos elegantes, ceñidos arriba y amplios abajo, con enaguas. Pueden ser comprados, alquilados o confeccionados por ellas mismas. 
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​Es primordial permanecer en el anonimato y ocultar todo el cuerpo. Nadie debe descubrir quiénes son. Por ello, en ese juego de misterio, al vestirse no pueden olvidar que su traje consiste en llevar mangas largas, guantes, medias para cubrir brazos, manos y piernas. ¿Y el rostro? Pues, está enmascarado con capuchas y máscaras. Pelucas, pañoletas o sombreros impiden ver el cuello y cabellos. Para no ser reconocidas, ocultan hasta el tono de piel alrededor de los ojos maquillando el contorno. Incluso cambian el color de los ojos con lentes de contacto y también usan un perfume diferente al habitual. Hay que mantener el anonimato sí o sí, ¡hasta disimulando la voz al hablar! En esos bailes de sábado, las mujeres invitan a los hombres a bailar y ellos no pueden rechazar dicha invitación.
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​Sin duda, en donde fuere, Oruro, Santa Cruz, Tarija, Cochabamba y los otros departamentos hermanos, o bien Venecia, Barranquilla, Río, Niza, Guayana Francesa, etc., el carnaval permite transportarse a momentos de colores, de música, de creencias, de magia, de niñez, de adolescencia, de juventud, de familia … momentos auténticos y fabulosos. Seguramente, muchos quisieran que fuera ‘carnaval toda la vida’. 
ART - CONTENIDO EDICIÓN ENERO 2024
Por Micaela Montaño
​LA METAMORFOSIS DE UN BAZAR A TIENDAS DE LUJO
En 1893 nacen unos emblemáticos almacenes parisinos
La historia de los grandes almacenes en Europa sí que data. El siglo XIX, además, de ser una revolución industrial también fue comercial. Esos colosos almacenes desafiaron a las tiendas especializadas y propusieron al cliente poder encontrar todas las novedades en un solo lugar y a un buen precio. Hoy por hoy, lo de las novedades sigue vigente, en cuanto a los precios, estos se vistieron de lujo. 
Lo que Harrods fue para Londres, Le Bon Marché fue para París, con su modernidad, innovación y audacia. En 1848, Harrods inauguró sus primeras escaleras mecánicas y las Galerías Lafayette lo hizo en 1951 en el París transformado con un urbanismo sinigual de manos del barón Haussmann. Se depositaron muchas esperanzas en París para llegar a ser una gran capital europea. 
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¿Qué tienen de especial las Galerías Lafayette? Aparte de la magia navideña que acabamos de vivir; con sus vitrinas con una temática única de decoraciones automatizadas o su majestuoso árbol de Navidad rozando su emblemática cúpula, es por supuesto su increíble construcción. Llamada catedral de comercio o el templo del consumo, en Au Bonheur des dames[1], de la pluma del escritor francés, Émile Zola, refiriéndose a este tipo de almacenes, es una maravillosa construcción en hierro y vidrio para que sus clientes se sientan en las mil y una noches.
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No necesariamente se va de compras a las Galerías Lafayette ya que es también una alternativa para pasear y contemplar. Atrae su cúpula de 43 m de altura, joya del “Art Nouveau” que cuenta con 1000 m2 de vitrales. Asimismo, otra atracción es su terraza, de acceso gratuito que regala una vista a la Ópera Garnier, a la torre Eiffel y a París en sí. París es una capital que se enorgullece de albergar escaparates de casas de moda nacionales e internacionales y lleva muy bien puesta la etiqueta de Capital de la Moda.
Sin duda, para cualquier marca, uno de sus sueños sería mostrar sus colecciones en Galerías Lafayette, ya que cada año reciben a 37 millones de visitantes. Al contemplar su estructura uno se imagina estar en una obra de teatro de balcones dorados. Sin duda, a propios y extraños, les gustaría ser parte del elenco de esta obra de teatro. 

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